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La tragedia de Hamlet traza el admirable retrato de un legendario príncipe de Jutlandia, soñador, contemplativo, sumido en dudas e irresoluciones, que, obligado a esclarecer los motivos que llevaron a la muerte de su padre, sucumbe ante la fatalidad de las circunstancias. Su locura no es sólo, al modo tradicional, una ficción y una coartada, sino que se convierte en modo de ser y en visión del mundo. Su ambigüedad, su ambivalencia y su desorientación lo aproximan notablemente a la sensibilidad de nuestra época. Poblada por una abundante y compleja galería de personajes «secundarios», la obra ha gozado de una constante vigencia a lo largo del tiempo, que ha hecho que se incorporen al lenguaje común numerosas expresiones de la obra («ser o no ser», «palabras, palabras, palabras», «lo demás es silencio») que han llegado a hacerse emblemáticas. 

Guía didáctica.


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